sábado, 4 de mayo de 2013

Evolución Primera Parte



He hecho todo tipo de trabajos dentro de una cocina y he trabajado en muchos tipos de restaurantes en los que se preparan diversidad de comidas, todos los establecimientos me han dado experiencia y por supuesto algunos han sido mucho más relevantes he importantes que otros en la evolución de toda mi carrera.
Desde muy niño mi abuela me llevaba al mercado para que la acompañara a comprar, compraba lo que yo le pidiera, luego le cocinaba a mi familia cualquier cosa que se me ocurriera o que había leído o visto en televisión, desde los 8 años hasta los 15.









Trabaje haciendo pizzas y café en Pepinos Pizza, en san Antonio de los altos, aun no era mayor de edad, tenia 16 y era algo inmaduro pero mi pasión por cocinar me hizo aprender muchísimo. Después en la feria de comida del centro comercial la Cascada en carrizal, Los Teques, hacia perros calientes, patacones, rancheros y nachos con queso, lo divertido es que los comensales podían añadir a cualquiera de las cosas que pedían, ocho tipos de salsas distintas y entre siete y doce ingredientes mas, cebolla, tomate, pepino, maíz, lechuga, papitas fritas………….. era bastante fuerte y había que moverse muy rápido.
 En el mismo centro comercial trabaje también en una franquicia de fresas con crema que ofrecía fresas, melocotones y moras con crema, chispas de colores y de chocolate, sirop de caramelo,  de chocolate, de fresa y leche condensada, los clientes podían hacer la combinación de su preferencia, lo difícil y gracioso del asunto era que se vendía muchísimo, y las frutas debía picarlas con un cuchillo que no picaba mucho y una cuchara muy grande de acero, era extremadamente difícil, de ese trabajo me botaron por inmaduro aun, ah y de la pizzería y de los perros me fui por la misma razón.



Me mude a Mérida con 19 años y comencé a trabajar casi de inmediato, Constantinos café me dio la oportunidad de desempeñarme como pizzero y pantrista, encargado de sacar los pastichos, las pizzas, las ensaladas, papas fritas y cafés, perdí el puesto por irme a pasar navidad con mi familia en los Teques y dejar en mi lugar a un amigo que tenía muy poca experiencia, al llegar en enero me despidieron a pesar de que a la jefa le gustaba mi trabajo.
Conseguí un día un restaurante en donde el cocinero era amigo del dueño de la truchicultura Valle Rey, a pesar de mi edad y por la necesidad del dueño de tener a un cocinero, me otorgaron el puesto de encargado de la cocina, con dos ayudantes de la zona y un señor encargado de filetear las truchas, del cual aprendí muy bien la técnica, aunque el limpiaba 150 en una hora. En semana santa hacíamos en una plancha a leña de siete metros de largo aproximadamente por uno de ancho, 400 truchas diarias, 100 porciones de pollo y 80 de solomo, con arroz, yuca, plátano sancochado, ensalada rallada y fresca, sopas, cremas y granos. Renuncie por que debía presentar el propedéutico en el hotel escuela y me quitaba mucho tiempo.

 
Truchicultura valle rey

Al ingresar por fin al CUHELAV, ya que en el primer intento había fracasado, debía pagar alquiler y demás, así que, a pesar de estar estudiando desde las 8am hasta las 5pm todos los días, tenía que trabajar, la ventaja es que en primer semestre de la carrera te enseñan a ser mesonero, ayudante de cocina, mucama y algo de informática, entonces trabaje de mesonero en eventos, bodas, quince años, ayudante de cocina en varios restaurantes y eventos, y así hacia algo de dinero para vivir aparte de lo que mi familia me mandaba para ayudarme.

Un día abren un curso de japonés en el hotel escuela con un profesor de Japón y me interesó, me inscribí y como a la semana el profesor debía hacer una cena japonesa para un matrimonio en la llamada casa blanca de Mérida, y nos pidió nuestra colaboración, la cuestión es que la cultura japonesa, sobretodo su comida y sus comiquitas siempre han llamado mucho mi atención, entonces el Sensei Akio me enseño a hacer sushi, gyosas, ensalada y sopa japonesa, esto le dio una transformación a mi carrera.  

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